Lulú Ovilla
La mentira que logro que el movimiento de las mujeres se hiciera visible.
A 233 años del nacimiento de las organizaciones feministas y 105 años del establecimiento del 8 de marzo como una fecha en la que se conmemora la lucha de las mujeres, hasta este momento no se ha logrado nada, la mujer en el mundo sigue siendo el ser más vulnerable sobre la faz de la tierra, ante la fuerza bruta de su o sus asesinos, o sino como se explica que, cada dos horas y media en México es asesinada una mujer.
Solo 5 de cada 10 asesinatos de mujeres son investigados como feminicidio, 6 de cada 10 mujeres son víctimas de violencia física, económica, sexual o discriminación, 4 de cada 10 mujeres sufren violencia sexual, 6 de cada 10 menores desaparecidos son niñas, en 10 años 23 mil niños han quedado huérfanos, porque les han matado a su madre, 3 de cada 10 adolescentes sufren de violencia durante su noviazgo, en 72 horas se registró 20 feminicidios.
El acoso laboral que sufren las mujeres en sus centros de trabajo son 1 de cada 3, en cuestión de salarios las mujeres no cuentan con uno digno y mucho menos con las prestaciones de ley que se debiera, vergonzosamente las mujeres ganan menos del 47 por ciento que los varones, no existe la igualdad, no quieren la igualdad, porque sienten que pueden ser reemplazados, las mujeres solo quieren equidad, igualdad de oportunidades y una vida libre de violencia.
Antes del viernes 16 fecha en que se llevó acabo la marcha denominada “diamantina rosa”, ninguna mujer o hombre que asistió al llamado de las mujeres a la marcha de protesta, sabía que la violación de la que fue objeto una menor de edad a manos de supuestamente cuatro integrantes de la policía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, paso de ser un hecho a un supuesto.
Las mujeres que encabezaron el movimiento “diamantina rosa” han pedido a las autoridades de la ciudad de México, que no borren las pintas del Ángel de la Independencia, hasta que su problema de violencia sea resuelto, a través de los diferentes medios de comunicación vimos en esta marcha, mucho más violencia, más coraje y mucho más valor para enfrentarse a las autoridades capitalinas.
Fue solo así como hoy un movimiento que hasta hace unos días era invisible, ¡por fin se hizo visible! y acá cabe el viejo dicho que dice: el fin justifica los medios y no hablo del golpe que noqueo al reportero Juan Manuel Jiménez y de Melisa Pozo, reportera de Milenio, entre otros reporteros y fotógrafos que cubrían la marcha de las mujeres, quienes fueron víctimas de agresiones no por las mujeres, sino de quienes repudian cualquier movimiento.
Fue necesario este movimiento y todo lo que conllevo, porque gracias a todo lo que ahí paso y que las imágenes se virilizaron, como las autoridades capitalinas decidieron hacer algo al respecto, quizás no fue correcta las formas, pero no olvidemos que hubo infiltrados que fueron enviados a boicotear el movimiento y no les resulto la jugada, estos tipos como “el chupas”, son individuos que son pagados precisamente para reventar marchas, a eso se dedican.
Si fue necesario el grito de las mujeres, si fue necesario las pintas, si fue necesario la rabia, todo fue necesario, hace meses hubo otro movimiento, el del acoso en el metro y que paso, nada, absolutamente nada, a excepción de algunos comercios informales que con cartulinas y leyendas, ofrecían a las mujeres guardarse en ellos en caso de verse en peligro, pasado unos días y todo paso a ser un asunto más que se normalizo, porque eso es un feminicidio, normal.
Cuantos movimientos han habido en nuestro país y ninguno había tenido eco como este último, la mentira de la jovencita de 17 años, que dijo fue violada por policías, es reprobable, aunque dicha farsa no redime a los mandos policiacos de otros muchos delitos que se les han imputado, según la encuesta del ENDIREH del INEGI 2016 y es la más reciente, al menos 300 mil mujeres fueron agredidas sexualmente por policías y 73 mil por militares y marinos.
Al correr los días y no haber ningún avance en las investigaciones de los presuntos violadores, por parte de las autoridades capitalinas, fue lo que exacerbó a las mujeres y conllevo a una marcha donde el titular de la dependencia quiso entablar un dialogo y no se lo permitieron y lo único que consiguió es que le fuera arrojada diamantina rosa y pintura, concretándose a decirle a los medios de comunicación, “yo aquí veo un clima muy radicalizado, que están insultando”, aseguró Jesús Orta.
Y que esperaba el Secretario de Seguridad Ciudadana Jesús Orta, que le aplaudieran, que lo felicitaran, mujeres están siendo violadas y asesinadas, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, dijo que la marcha “diamantina rosa” fue una provocación, ¡no!, ¡no fue una provocación!, fueron gritos desesperados, gritos de dolor, noches de insomnio, no solo de mujeres, sino de madres, hermanas, amigas y hasta padres, clamando justicia para sus hijas asesinadas.
Tal fue el caso de un adulto mayor que participo en la marcha, quien se colocó una pancarta que decía no se olviden falto yo, aventando diamantina rosa y con el alma desgarrada, gritaba llorando, “no se olviden de mi niña”, Esmeralda Castillo Rincón, tenía 14 años cuando desapareció en Ciudad Juárez, él asiste a las marchas feminista, ya lleva 10 años así, ha tocado muchas puertas y sencillamente no han recibido ningún apoyo para saber qué fue lo que paso con la menor.
Por supuesto que tiene razón la jefa de gobierno Sheinbaum al decir que no se debe de inventar culpables y no basarse solo en una versión, refiriéndose a la supuesta violación de la menor a manos de 4 policías, pero no solo es este caso que debe de atenderse, son muchos que claman justicia, sobre todo porque los violadores o asesinos de mujeres, son absueltos porque los ministerios públicos al no tener el conocimiento para tipificar un feminicidio, realizan mal el expediente.
En la mañanera del lunes 19 Alberto Rodríguez de SDP Noticias, le pregunta al Presidente López Obrador, sobre los hechos ocurridos el fin de semana, refiriéndose a la marcha “diamantina rosa” contestó diciendo, respaldo la actitud de la Jefa de Gobierno Claudia Shenbaum, creo que se actuó bien, cuando hay excesos los mismos ciudadanos son los jueces, pregunta el reportero: aunque hayan causado destrozos, si interviene la fuerza pública, nos acusarían de represor.
Dice el Presidente, ¿qué tiene que ver un movimiento que reivindica una causa justa, en este caso, la defensa de las mujeres con la destrucción, ¿Qué? ¿No lo podemos hacer de manera pacífica? ¿Qué tiene que ser violencia?, no creo que la vía de la violencia sea la opción, pues para las madres que les han asesinado a sus hijas o padres que llevan más de 10 años buscando a sus hijas como Esmeralda Castillo, no les ha quedado de otra que salir a las calles y gritar, solo gritar.
Cuanto dolor, angustia, coraje, impotencia y noches enteras llorando, guarda el corazón de los padres que ya no volverán a ver a sus hijas, en muchos casos, ni siquiera tienen una tumba donde llorarle, la muerte de una mujer también se lleva a la familia, el feminicidio es una muerte brutal, es una muerte lenta, nadie puede decir lo siento, si nunca lo ha vivido en carne propia, la perdida de una hija o hijo, ¡jamás tendrá nombre!
El hecho de que cada día el movimiento de las mujeres sea más numeroso, es porque los feminicidios han ido creciendo, porque ninguna autoridad en nuestro país los ha logrado ya no digamos frenar, si no disminuir, el pasado 16 de agosto en tan solo 72 horas se registraron 20 feminicidios en 11 en estados de nuestro país, una estadística que está lastimando demasiado, una estadística que se transforma en impunidad y muerte.
Dentro de estos 20 feminicidios registrados en 72 horas, Chiapas es uno de ellos, la pequeña Patricia de tan solo 12 años forma parte de las estadísticas, Oaxaca con 2 feminicidios, al igual que Michoacán, San Luis Potosí y Baja California, Guerrero, fue donde más casos registró, una de las cuatro mujeres asesinadas era Agente de la Policía Investigadora Ministerial, Hidalgo es otro estado que registro feminicidios, seguido de Guanajuato, Jalisco, Zacatecas y Chihuahua.
Las mujeres no son libres, caminan con terror, porque ya sea un taxi, o camión, igual no están seguras, ninguna mujer está segura en las calles, ya sea de día o de noche, el peligro es igual de atemorizante, las mujeres hemos perdido nuestra libertad, somos prisioneras de hombres asesinos que están constantemente a la caza de su presa, porque eso somos, en eso nos hemos convertido, en que momento matar a una mujer se normalizó.
Una vez que se reconozca que la violencia de género contra las mujeres no es un tema de seguridad, sino un tema de discriminación, solo entonces se podrá decir que se ha tenido un avance, estamos en emergencia nacional ante la violencia feminicida, tantas muertes, tanto dolor, no puede quedar impune.
Antes de juzgar a una madre de revoltosa, radical, o se sientan insultados como lo dijo Jesús Orta, pónganse un segundo en los zapatos de una madre, sientan por un segundo la perdida de una hija, una hija que fue violada, asesinada y por ultimo desaparecida, nunca nada será una provocación para exigir justicia y seguridad en las calles, todas las mujeres merecemos caminar sin miedo, vivir sin miedo, ¡todas merecemos vivir!
Nos leemos el próximo lunes. (iM-rrc)